Grit & Grace #26 Confianza en tiempos de fuego cruzado 🔥
3 claves para que CEO´s, Directores y líderes conserven la autoridad y la credibilidad en un mundo polarizado
En un desayuno CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos), escuche a un CEO decir: “Hoy cualquier decisión puede volverse política: desde una contratación, hasta dónde compras el café.”
¿Qué piensas? quizás todavía en algunos países la polarización no es tan intensa, pero en algunas ciudades y en algunos entornos empresariales específicos, sí puede serlo. Vivimos tiempos donde cada movimiento corporativo puede ser interpretado como una postura ideológica. Ya no basta con tener buenas intenciones: hay que tener una brújula muy clara, porque el margen de error es mínimo y el impacto, enorme.
La polarización ha llegado a las reuniones de Consejo, a la cultura de las organizaciones, por supuesto, a la prensa, y claro, a las decisiones de inversión. Y sí: está erosionando algo fundamental para las empresas… (y las sociedades) la confianza.
1. Empieza por los valores y la estrategia
En momentos de tensión, muchos quieren actuar rápido. El problema es que cuando se improvisa en contextos polarizados, casi siempre sale mal y es muy costoso. Los líderes de hoy deben hacer una pausa y preguntarse:
¿Esta decisión está alineada con nuestra estrategia o estamos reaccionando por presión?
¿Estamos dispuestos a defender esta postura en el largo plazo, incluso si no es popular ahora?
👉 La coherencia estratégica vale más que la simpatía temporal. Hay que actuar con propósito para construir confianza a largo plazo.

2. Entiende los riesgos …
No todo lo que genera ruido es realmente un riesgo. Pero algunos temas sí lo son, y requieren análisis serio. La inteligencia del liderazgo está en distinguir lo superficial de lo sustancial.
Un ejemplo actual es el “impacto de la inteligencia artificial”. Un lider inteligente no solo evalúa el costo tecnológico, sino que se pregunta:
¿Cómo afectará a nuestros equipos?
¿Qué capacidades debemos desarrollar para liderar con esta tecnología?
¿Cómo comunicamos sus beneficios sin desestimar los miedos legítimos?
Tenemos que ver los temas polarizantes como posibilidades de liderazgo inteligente. Ni paralizarnos por miedo, ni salir corriendo a desactivar las bombas.



El fin de semana (7 y 8 de junio) estuve en el Madrid Economic Forum… escuchando presentaciones sobre libertad económica, el tamaño del Estado y la batalla cultural que mencioné en mis newsletters (el fenómeno woke y la polarización identitaria). Reconozco la valentía, proactividad y genio de los organizadores: Víctor Domínguez (Wall Street Wolverine) y las consultoras Abast y Racks Labs lograron reunir a más de 7,000 personas en el Palacio Vistalegre para debatir ideas liberales libertarias. Pese a mis reservas de carácter ideológico, el evento estuvo muy bien organizado.
Estaba sentada en las gradas, analizando todo. Observando y tratando de entender. Me encontré en ese lugar “tenso” que describo como comprensión intelectual y desacuerdo profundo. Por ejemplo, estoy de acuerdo con los argumentos sobre los peligros de un Estado voraz que empobrece a sus ciudadanos1. Coincido en que el exceso de burocracia y la ineficiencia pública son problemas reales. Pero rechazo la reducción de la complejidad del mundo al mercado puro.
Varios ponentes me llamaron la atención. Agustín Laje estuvo fantástico. La profundidad de su análisis sobre lo que él llama “la batalla cultural”, su impresionante preparación académica, y su convicción profunda, me generaron admiración. Laje entiende que “la cultura se ha convertido en el terreno decisivo para la política”. Y eso resuena conmigo.
Aunque aprecio su pasión y elocuencia, no puedo abrazar la totalidad de sus argumentos. Prefiero el diálogo respetuoso y la escucha genuina para construir puentes en lugar de trincheras. Sus ideas me interpelaron, me hicieron reflexionar, pero me confirmaron en mi convicción de que hay otra manera de abordar las diferencias ideológicas sin convertirlas en campos de batalla.
Me inquietó observar la homogeneidad del público y la manera en que se recibían los mensajes con aplausos automáticos. Había una energía tribal (que he mencionado en otros newsletters) alrededor del sentido de la identidad y la inclusión. En este caso, con un enfoque más económico e ideológico.
También me incomodó la narrativa antagónica al cambio climático y a la Agenda 2030 (ahora 2045). Varios ponentes desestimaron completamente la evidencia científica y redujeron el tema a la política de izquierdas. Por otro lado, Milei, ideológicamente con tradición judeo-cristiana, está alineado con los Estados Unidos e Israel, y explica por qué.
Mi visión cosmopolita y mi convicción sobre la interdependencia global chocan frontalmente con este libertarianismo que, aunque en teoría aboga por la prosperidad, me parece peligrosamente insuficiente para los desafíos transnacionales y los retos de seguridad no tradicionales que enfrentamos2.
Creo que hay problemas que trascienden las fronteras y que requieren coordinación institucional más allá del mercado. Valoro la cooperación internacional, que, aunque imperfecta, es indispensable. El MEF me dejó preguntas que seguiré explorando. Sobre todo, ¿cómo puedo aspirar a un equilibrio sensato entre la eficiencia del mercado y la necesidad de intervención? ¿Cómo puedo ayudar a las personas a evitar caer en los extremos que tanto criticamos cuando vienen del otro lado del espectro político?
Ah, y otro tema más que siempre nos sacude a José Luis y a mi: la distinción entre desigualdad y pobreza.
José Luis ha comprado la idea: “el problema no es la desigualdad sino la pobreza absoluta”.
Entiendo la lógica: en un sistema capitalista, las diferencias de ingreso son naturales y hasta deseables cuando reflejan mérito y esfuerzo. Como dije más arriba, esto es demasiado simplista. Recuerdo mi Maestría en Japón y cuánto leí a Amartya Sen.
Él nos enseña que las capacidades humanas (la posibilidad real de las personas para vivir la vida) se ven limitadas no solo por la pobreza absoluta, sino también por desigualdades extremas que restringen el acceso a oportunidades, educación de calidad, redes sociales y participación política. Cuando las brechas son abismales, el ascensor social se rompe y el mérito individual se vuelve insuficiente para superar las barreras estructurales. No abogo por igualdad de resultados, pero sí creo que necesitamos reflexionar seriamente sobre cuánta desigualdad puede tolerar una sociedad antes de que las oportunidades reales se vuelvan ficticias para demasiadas personas. Si quieres saber más sobre Sen te recomiendo un artículo escrito por Martín Urquijo. Este autor adopta un enfoque expositivo y analítico, pero dice que es “una de las iniciativas más influyentes” con aplicabilidad en políticas públicas.
Por aquí un video con mucha energía: la entrada de Javier Milei al MEF:
3. Explica el “por qué”… siempre
Cuando hay tensión e incertidumbre, el silencio puede mal interpretarse. Pero hablar sin explicar, también genera desconfianza.
El rol de los líderes y directores no es solo decidir, es narrar el sentido de lo que se hace:
¿Por qué mantenemos nuestro compromiso con el medio ambiente a pesar de las críticas?
¿Por qué seguimos trabajando con ciertos proveedores aunque haya presión por otras vías?
¿Por qué nuestra estrategia de diversidad no es “moda” (y mucho menos “woke”), sino convicción?
¿Por qué no hacemos lo que hace la competencia?
La coherencia es la nueva ventaja competitiva. Comunicar bien el por qué de tus decisiones genera credibilidad, incluso en desacuerdo.
🦉 Momento de sabiduría
“La confianza tarda años en construirse, segundos en destruirse y toda una vida en repararse.” Warren Buffett
“No se lidera el cambio desde la popularidad, sino desde la claridad moral.” Teresa Sebastián
📚 Lecturas recomendadas
Trust de Francis Fukuyama: Un clásico para entender por qué algunas sociedades y organizaciones prosperan… y otras colapsan.
The Power of Trust de Sandra Sucher y Shalene Gupta: Casos concretos de cómo la confianza se construye (y destruye) en las empresas.
🤔 Reflexión
Aquí van algunas preguntas para ti y tu equipo de directores:
¿Estamos actuando en función de nuestros valores o de la presión del momento?
¿Qué temas polarizantes evitamos por miedo a equivocarnos?
¿Nuestros colaboradores saben por qué tomamos decisiones difíciles?
🎯 Desafío para implementar esta semana
Convoca una sesión extraordinaria para conversar sobre esto:
👉 ¿Qué significa hoy “proteger la confianza” en nuestra empresa?
Escucha todas las ideas, anécdotas y situaciones. No hay que salir con respuestas, pero sí con algunos compromisos respecto a los estilos y canales de comunicación, sobre la coherencia entre valores y decisiones, y sobre cómo prepararse para tiempos de crisis cultural e ideológica.
Hasta pronto,
Nota: Banksy es un artista callejero, activista político y director de cine seudónimo que vive en Inglaterra, cuyo nombre e identidad reales son objeto de especulación. Nacido a comienzos de los 70 en la localidad de Yate (South Gloucestershire), a finales de los 80, Banksy se trasladó a Bristol para empaparse de la cultura del grafiti. Sus obras de comentario político y social han aparecido en calles, muros y puentes de todo el mundo. Yo pude apreciar sus obras en una exposición en Madrid.
Puedo escribir mucho más sobre esto … pero será en otro Newsletter. Viviendo de cerca el contexto que dio lugar a la llegada de Chávez (y luego de Maduro) en Venezuela, entiendo y repudio las prácticas totalitarias, centralizadoras, controladoras y mafiosas de la izquierda. En todos sus tonos. Punto.
Esta mirada se la debo a mi carrera de RRII en la UCV, y sobre todo a los estudios sobre Estrategia, Seguridad y Defensa en ANU. Con más de 15 años en diplomacia y ahora, otros tantos en la consultoría; entiendo que la magnitud y complejidad de los retos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI, exigen que encontremos formas de gobierno más sofisticadas, adaptativas y efectivas. El futuro no será una simple victoria de una ideología sobre otra, sino la capacidad de nuestras sociedades para innovar institucionalmente y diseñar formas de organización social que aún están por inventarse.