Grit & Grace #28: ¿Perfeccionista?
Atrévete a equivocarte: el verdadero crecimiento te espera!
¿Reconoces patrones perfeccionistas en tu día a día? ¿Cómo conectas la búsqueda de la excelencia con la aceptación de la imperfección humana?
Del síndrome del impostor al perfeccionismo
Ambos fenómenos son bastante comunes. A veces no nos sentimos capaces o “listos” para hacer algo. Otras veces, si las condiciones no son perfectas, o si el resultado que buscamos no es perfecto, caemos en la trampa de preferir no iniciar un proceso. Exploremos los mecanismos psicológicos que transforman la búsqueda de la excelencia en esa trampa de autoexigencia extrema.
En el newsletter anterior (Grit & Grace sobre el síndrome del impostor), analizamos cómo nuestras percepciones distorsionadas pueden sabotear nuestro potencial. Hoy profundizamos en el perfeccionismo, esa búsqueda de la perfección que, paradójicamente, puede convertirse en obstáculo y hasta enemigo de nuestro desempeño.
La paradoja: cuando querer ser excelentes se vuelve una prisión
Lo noto en mi práctica de consultoría y coaching: el perfeccionismo ha aumentado significativamente entre las generaciones más jóvenes que se han ido incorporando a las organizaciones. También lo vemos en líderes altamente comprometidos e identificados con sus empresas que asumen nuevas responsabilidades y no quieren fallar.
Hace poco, un colega me contó que llevaba meses – MESES – perfeccionando una presentación. La revisaba, pulía detalles, cambiaba una palabra aquí, otra allá… pero la terminaba de enviar. Cuando finalmente lo hizo, sus clientes dijeron: "Está muy bien, pero ¿podrías hacer algunos ajustes?" 😅
El perfeccionismo es una trampa. Nos hace sentir que estamos avanzando cuando en realidad estamos paralizados. Nos obsesionamos con alcanzar el 100% cuando lo que realmente nos haría crecer es avanzar con un 70% de seguridad, confianza o satisfacción.
Los grandes líderes, innovadores y emprendedores no son los que esperan a sentirse listos. Son los que actúan a pesar de la duda.
Las investigaciones científicas nos presentan esta realidad: la correlación promedio entre perfeccionismo y buen desempeño laboral es cero. 1
¿En qué trampas cae el perfeccionista?
Obsesión por detalles irrelevantes: el perfeccionista magnifica aspectos que no impactan el resultado final, perdiendo de vista el panorama general y consumiendo energía en tareas de bajo impacto.
Evitar lo desconocido: el perfeccionista evita situaciones nuevas o desafiantes que podrían llevar al fracaso, limitando así las oportunidades de crecimiento y aprendizaje genuino.
Autocrítica destructiva: el perfeccionista juzga cada error como una sentencia definitiva, impidiendo el aprendizaje constructivo y la recuperación resiliente.
El perfeccionista es la antítesis de la persona con “mentalidad de crecimiento”. Uff.
El costo oculto de la perfección
La investigación de la Universidad de York St. John, que analizó 43 estudios durante 20 años, vincula el perfeccionismo con agotamiento, depresión, ansiedad e incluso mortalidad. Además, los perfeccionistas tienden a experimentar bloqueos mentales y son propensos a la ansiedad.
Las personas obsesionadas con su trabajo invierten más horas, pero no logran un mejor desempeño que sus compañeros, creando un ciclo contraproductivo de esfuerzo sin retorno. 2
Estrategias para pasar de la perfección a la excelencia y la mejora continua
1. Del control total al enfoque estratégico
Pregunta guía diaria: ¿Soy mejor persona y mejor profesional, hoy?
Pregunta de impacto: ¿Ayudé a alguien más a mejorar hoy?
2. De lo imposible a objetivos precisos
Tener ambición y objetivos personales elevados, (no perseguir la perfección), es lo que alimenta el crecimiento genuino. Establece metas claras y alcanzables que te desafíen pero que no te frustren.
3. De la autocrítica a la autocompasión
Ser amable contigo mismo significa darte permiso para aprender a gestionar la decepción, la frustración y los errores. Cada experiencia es un dato en tu curva de aprendizaje continuo. Y cuidado con las comparaciones.
Prácticas que pueden ayudarte:
Ejercicio de perspectiva: Antes de comenzar una tarea, pregúntate: ¿Qué nivel de calidad necesita realmente este resultado? No todas las tareas requieren el mismo nivel de excelencia.
Técnica del 80/20: Identifica el 20% de esfuerzo que produce el 80% del impacto. Enfócate en lo que realmente impacta. También la llaman la regla del 70%, si estas medianamente satisfecho con un proyecto, aunque no sea perfecto, lánzalo. No se trata de conformarse con la mediocridad, sino de crear, corregir y mejorar sobre la marcha.
Ritual de cierre: Al finalizar cada proyecto, celebra el progreso logrado antes de identificar áreas de mejora. El reconocimiento debe preceder a la evaluación. A celebrar cada victoria!
📚 Lectura recomendada:
Desde que vi su Ted Talk sobre vulnerabilidad, me gusta lo que comparte Brené Brown. Ella dice que el perfeccionismo no es sobre la excelencia, sino sobre el miedo al juicio. Los perfeccionistas se quieren proteger del dolor de la crítica. También Brené Brown separa vergüenza de culpa: la primera tiene que ver con identidad (soy malo, no sirvo), y la culpa con comportamiento (hice algo malo, me salió mal. Cuando somos perfeccionistas, alimentamos la vergüenza.
Por eso, para superar el perfeccionismo, tenemos que mostrar nuestras imperfecciones y sentirnos cómodos siendo nosotros mismos.
El regalo de la imperfección. Brené Brown.
🦉 Momento de sabiduría
El perfeccionismo es el enemigo número uno de la creatividad. John Steinbeck
Hecho es mejor que perfecto. Sheryl Sandberg
Si esperas a estar listo, esperarás toda la vida. Lemony Snicket
🤔 Reflexiones
Piensa en esto:
✅ ¿Cuántas decisiones has postergado por miedo a equivocarte?
✅ ¿Cuántos proyectos están acumulando polvo porque quieres que sean “perfectos”?
✅ ¿Cómo cambiaría tu vida si actuaras con un 70% de seguridad en lugar de esperar al 100%?
🎯 Desafío para implementar
¿Hay algo que has estado posponiendo por miedo a que no sea perfecto?. Preséntalo, publícalo, envíalo. No importa si es una propuesta de negocio, un artículo, una conversación pendiente o un nuevo hábito. Hazlo. Aunque no sea perfecto.
El crecimiento no está en la perfección. Está en el movimiento. 🚀
Aspira a la excelencia, pero sé feliz en el camino
El perfeccionismo y el síndrome del impostor comparten una raíz común: la creencia de que nuestro valor depende de nuestros resultados y un desempeño impecable. La verdadera excelencia surge cuando abrazamos el proceso de mejora continua. Tu aptitud profesional no se define por la ausencia de errores, sino por tu capacidad de aprender, adaptarte y crecer a partir de cada experiencia.
Por cierto, estoy siendo feliz en el camino… grabando un podcast divertido que, por ahora, le hemos puesto el nombre “LA TAPA DEL FRASCO”3. Pronto, más noticias.
Próximo tema: Exploraremos las recomendaciones de Adam Grant para desbloquear nuestro potencial. Y más adelante, revisaremos las dinámicas de la procrastinación como mecanismo de protección psicológica.
The curse of perfectionism. https://www.shawnee-ks.com/2024/02/27/the-curse-of-perfectionism-why-it-hinders-workplace-productivity/
Por qué el perfeccionismo puede generar un bajo desempeño? https://sites.duke.edu/lodtraininghub/2024/04/01/why-perfectionism-can-lead-to-poor-performance/
Con quien impulsó la idea… la que “hace las preguntas incómodas”, Candy Orfali. Y yo, responderé también de manera incómoda, siempre clara, honesta y objetiva.